El Xantolo, la fiesta del Día de Muertos, es una rica tradición y ejemplo claro de sincretismo religioso que permite ver rasgos del pasado con elementos del cristianismo. En ella se percibe que el hombre busca no morir, que busca siempre trascender.
En el Xantolo y el Ochavario, las familias de la Huasteca Veracruzana, desde tiempos inmemoriales, se reúnen en el camposanto frente a las tumbas de sus muertos y realizan una ofrenda: se celebran diversos ritos y rezos en téenek y náhuatl; hay presencia de músicos huapangueros y danzas; se llevan alimentos y bebidas. Todos conviven y comparten, sin distingo alguno. Como se ve, la vida sigue aún de la muerte.
¡El Xantolo es una fiesta viva!
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